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La indiferencia, el verdadero enemigo del medio ambiente

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La siguiente investigación tiene como propósito exponer el problema de la indiferencia ambiental en el comportamiento de los individuos, y cómo, al demostrar desinterés hacia lo que pasa a su alrededor, aumentan los problemas ambientales. Si bien la crisis ambiental es algo que en el último siglo hemos experimentado y pese a los esfuerzos por conservar los recursos naturales no se ha podido frenar el deterioro ambiental, debido, posiblemente, a que no logramos tener conciencia y actitud de respeto hacia la naturaleza. En países como México es común encontrar empresas con grandes impactos al medio ambiente siendo beneficiadas con “permisos” por parte de las autoridades para destruirlo y deslindarse de toda responsabilidad.
Debemos cambiar la manera de pensar y de actuar; una solución para afrontar la crisis y el desinterés ambiental es la enseñanza de valores ambientales como una forma de generar cambios culturales y de apreciación de la naturaleza. No hay valoración del medio ambiente, si existe el desconocimiento ambiental.

1.             INTRODUCCIÓN

La palabra medio ambiente se usa más comúnmente en referencia al ambiente “natural”, o la suma de todos los componentes vivos y los abióticos que rodean a un organismo, o grupo de organismos. El ambiente natural incluye componentes físicos, tales como aire, temperatura, relieve, suelos y cuerpos de agua, así como componentes vivos, plantas, animales y microorganismos (PNUMA, 2012). La importancia del medio ambiente es hoy en día innegable y esto tiene que ver con el abuso y el desgaste que el ser humano genera de cada vez más sobre la naturaleza, provocando alteraciones al medio ambiente que afectan no sólo a otros seres vivos sino también a sí mismo.

La crisis ambiental del presente se caracteriza por la aparición de fenómenos de escala mundial como el cambio climático, efecto invernadero, adelgazamiento de la capa de ozono y pérdida de biodiversidad, y otros más focalizados como degradación de tierras, agotamiento de las aguas subterráneas, deforestación y desertificación, aparición de plagas por ciertas prácticas agropecuarias, contaminación de mares y ríos y el agotamiento de los recursos pesqueros. Las condiciones de vida del planeta se deterioran a velocidad acelerada y la huella ecológica aumenta (Demo et al., 1999; Mejía, 2006). Aunque es ampliamente conocido que la extinción de los seres vivos es un proceso natural, en la actualidad está ocurriendo a una tasa inusual y el motivo, esta ocasión, no es por un meteorito, no es de ningún carácter natural, en este caso somos los humanos los que estamos llevando al planeta a su sexta oleada de extinción masiva (Stuart et al., 2000).

Lo devastador no sólo queda en la destrucción de nuestro medio ambiente o la extinción de millones de especies; todos los que habitamos este planeta somos parte de los problemas ambientales, pero la realidad es que sólo una pequeña parte de individuos se preocupan por estudiarlos, remediarlos, de hacer algo para resolverlos. (Sutter J., 2015) “Lamentablemente, muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental han resultado ineficaces, no solo por la poderosa oposición, sino también debido a la falta de un interés más general”

 

  1.    DESARROLLO

La psicología explica el fenómeno indiferencia como momentos en que las personas se mantienen estáticas frente a lo que les sucede. Es decir, no reaccionan de ninguna manera -ni de forma positiva, ni de forma negativa- ante ningún episodio que se presente ante ellos. (Raffino, 2019). Debido a esto el panorama ambiental se ha visto influido; la falta de conciencia y de educación ambiental, incide directamente en la manera de actuar del ser humano sobre el medio ambiente.

Sabemos que la falta de interés ambiental nos lleva a otro gran problema que es: la falta de responsabilidad ambiental y, desgraciadamente, nosotros como pueblo no tenemos autoridades competentes a quien recurrir, las secretarías y procuradurías originadas para cumplir la ley y defender nuestro medio ambiente se han vuelto nuestros enemigos. Pero no todo el problema radica ahí, los ciudadanos también jugamos un papel muy importante, tenemos el derecho de exigir una verdadera responsabilidad ambiental por parte de las empresas, autoridades y expresar nuestras preocupaciones.

En México sobresalen los impactos ambientales; empresas petroquímicas han dañado dramáticamente vastas regiones de ecosistemas muy ricos en biodiversidad y productividad, afectando la calidad de vida y la economía de miles de personas. Esta irresponsabilidad ambiental empresarial continúa en el país por la falta de una auténtica procuradora de justicia, las autoridades han demostrado la insensibilidad y el desinterés gubernamental por los recursos naturales (Poder del Consumidor, sf).

Empresas químicas se niegan a sacar del mercado los gases clorofluorocarbonos causante de la destrucción de la capa de ozono. La mayoría de las empresas inmobiliarias son causantes de remover de forma clandestina grandes hectáreas de flora y fauna, provocando en muchas ocasiones ecocidios y, como consecuencia, solo una sanción económica por una cantidad baja que finalmente irán a parar a funcionarios del Gobierno.

Esto habla de la irresponsabilidad empresarial, de la falta de conciencia y educación que llega al extremo de actuar en contra de acuerdos e iniciativas internacionales que buscan salvaguardar las condiciones de vida.

La realidad es que es urgente un cambio de comportamiento social, económico, político y cultural. Para lograr una eficaz protección y conservación de la naturaleza, necesitamos formar líderes preocupados por el planeta.

En la actualidad hemos visto cómo la tecnología ha superado fronteras, las personas son cada vez más expertas en el uso de éstas; las nuevas generaciones saben usar cualquier aplicación informática pero no saben diferenciar los distintos botes de reciclaje. Necesitamos una educación y una cultura de sostenibilidad que incluya todos los aspectos de la realidad; si no empezamos desde ahora, estaremos amenazando y condenando gravemente la vida de generaciones futuras.

El Programa 21, también conocido como Agenda 21, se basa en unos principios de desarrollo sostenible y toma la innovación tecnológica y la cooperación entre agentes sociales y económicos como ejes para el cambio, por lo que la participación de la sociedad civil es un elemento imprescindible para avanzar hacia la sostenibilidad: debemos cambiar la manera de comprender el mundo, pero también se necesita un cambio de conciencia, de hábitos y de modelos de vida (Navo, 2006).

El futuro va a depender en gran medida del modelo de vida que sigamos.

 

  1. CONCLUSIÓN

Existen muchos factores por los cuales el planeta se encuentra en esta situación tan lamentable, pero todo nos lleva a un punto clave: la falta de responsabilidad, educación y el aumento del desinterés ambiental por parte de las autoridades y principalmente aquellas encargadas de la toma de decisiones, ya que estás han sido las culpables de acelerar la extinción de varias especies en el planeta.

Debemos garantizar los recursos para las futuras generaciones, no sólo para nosotros sino para todos los seres vivos que habitan el planeta; es necesario un replanteamiento de la conducta del hombre en relación con la naturaleza y el legado cultural de su historia.

 

4.       REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Agnieszka, P. et al. (2005), “Comprehensive ecological education as a determinant factor for regional competitiveness”, en World Transactions of engineering and technology education Technical, vol. 4, núm. 1, Poland: University of Czestochowa

Demo, C. et al. (1999), “El Banco Mundial y el desarrollo sustentable. Algunas reflexiones sobre su perspectiva”, en Problemas de desarrollo. Revista latinoamericana de economía, vol. 30, núm. 118, México: Comisión Electrotécnica Internacional (IEC), Universidad Nacional Autónoma de México.

Kinne, O. (1997), “Ethics and ecoethics”, en Marine Ecology Progress, Germany: International Ecology Institute.

NOVO, M. (2006a). El desarrollo sostenible. Su dimensión ambiental y educativa. Madrid: UNESCO-Pearson.

NOVO, M. (2006b). El desarrollo local en la sociedad global: Hacia un modelo “glocal” sistémico y sostenible. En MURGA MENOYO, M. A. (Coordinadora). Desarrollo local y Agenda 21. Madrid: UNESCO-Pearson.

Mejía, Alejandro (2006), “La conciencia ecológica, un paradigma de la calidad de vida”, en revista Luna Azul, Colombia.

PNUMA (2018). Documento de apoyo medio ambiente. International Recovery Platform.

Raffino, M.E., (2019).  Indiferencia. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/indiferencia/. Consultado: 06 de febrero de 2020.

Stuart, F. et al. (2000), “Contequences of changing biodiversity”, en Nature, Insight Review Articles, mayo, vol. 405, Estados Unidos: MacMillan.

OTRAS FUENTES

Sutter, J., (2015) La indiferencia es más peligrosa que los que niegan el cambio climático, tal como dice Francisco. Para: CNN Cable News Network. Disponible en: https://cnnespanol.cnn.com/2015/06/18/la-indiferencia-es-mas-peligrosa-que-los-que-niegan-el-cambio-climatico-tal-como-dice-francisco/. Consultado: 8 de febrero 2020