La etimología nos ayuda a entender el origen de las palabras; generalmente pensamos que solo la necesitaremos si nos dedicamos al estudio de ciertas áreas relacionadas a la gramática, el lenguaje, las ciencias sociales, etc. Sin embargo, pocas veces se le da la importancia adecuada para su estudio en el área de la salud.
Todas las ciencias necesitan y se apoyan en la etimología para nombrar muchos conceptos; gran parte de los nombres utilizados en matemáticas y en otras ciencias, tienen su origen en el griego o el latín; por ello es importante entender el origen de dichas palabras.
El estudio de las ciencias se facilita cuando entendemos los prefijos, sufijos y orígenes de determinadas palabras mediante su etimología, en lugar de tratar de memorizar la definición de esta. En ocasiones, cuando nos explican, nos dictan o buscamos la definición de una palabra en el diccionario no la entendemos por completo, o solemos confundirla con otra palabra similar, ya que no ponemos énfasis en la etimología de la palabra (que es la primera información que viene antes de la definición) dificultando así su entendimiento; si fuera mayor nuestra atención mejoraríamos la ortografía y la redacción, mismas que han sufrido estragos debido a la tecnología mal aplicada.
Es importante reforzar dichos cursos de etimologías no solo a nivel de educación media, sino a nivel superior, independientemente del área del conocimiento.
En la actualidad tenemos procesadores de texto con diccionarios, sinónimos y antónimos, aplicaciones de etimología, traductores, páginas web y redes sociales de la Real Academia de la Lengua Española, entre otras; sin embargo, son poco consultadas: es de suma importancia difundir estas herramientas para que sean conocidas y aplicadas de manera adecuada durante la formación del estudiante.
En la siguiente tabla se encuentran algunos sufijos utilizados en las ciencias.
Pérez-Martínez Iza
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